miércoles, 21 de febrero de 2007

Estoy pez

Nunca me había dado cuenta hasta ahora: siento fascinación por los peces. No por el pez en sí, como animal; sino más bien por su figura como elemento decorativo.
Desde siempre me ha gustado mucho dibujar; cualquier esquina de cualquier hoja me servía para descargar mi imaginación y a veces servía para garabatear casi de manera compulsiva.
En esos momentos de garabateo con la mente en blanco, casi siempre he tenido como elemento recurrente a los peces o sirenas en su defecto, elegantes, curvilíneas y vaporosas... (esto suena de un freudiano total y rotundo).
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Aparte de seguir garabateando peces de manera inconsciente, echando una visual a mi casa aparecen en los siguientes escenarios:


En mi baño: cortina de ducha del IKEA en primer término y piscifactoría de goma detrás.
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Primer plano de uno de estos pececillos. Riquiño, ¿verdad?
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Pared del comedor. Homenaje al neorealismo italiano: Sofía pescatrice.
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En la cocina: imán de la nevera. ¿Os acordáis del anuncio?
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En mi room: despertatiburón. Una de esas freakadas japo-style que tanto me gustan.

jueves, 15 de febrero de 2007

Por Salamanca...


Este fin de semana lo he pasado en Salamanca en casa de mi amiga Cristinita, todo un personaje con divertidísimas e inverosímiles anécdotas que contar (y no seré yo quien relate lo de Corea del Sur).
Nos enseñó Salamanca a matacaballo, porque con sus múltiples compromisos sociales (botellones, resacas y lasañas atropelladas para almuerzos multitudinarios) no había tiempo para más.
Entre tanta fiesta jolgorio he podido constatar que los pisos de estudiantes miden alrededor de 130 m2 (vamos, que de cada piso salmantino se podrían sacar unos cuatro o cinco pisos madrileños) son de parquet, y el alquiler viene a costar unos 180 € por room. En Madrid, esto es inconcebible!


Salamanca muy bonita, las señoras envisonadas y emperladas con sus maridos llevando el ABC bajo el brazo es una imagen reconfortante que le da mucho caché a la ciudad, todo está a tiro de piedra, los camareros son secos y tajantes, mucha variedad de tapas pero una variedad musical nocturna que varía del reaggeton al OT-eísmo, pasando por OVG.
Cristina me llevó por algunos sitios talegueros que se desmarcan de ese tipo de música tan cansina, y me lo pasé pipa; aunque debo reconocer que en sitios de melenudos hozmartilleros, con rock-punk alternativo mientras flota un denso humo de porro, me siento como pez fuera del agua.
Arrastrado por la cinefilia nocturna de Cristina, (esta niña es de tipo Búho, con lo que su actividad aumenta enormemente conforme entra la madrugada) he devorado cuan freaky varios episodios de"Perdidos".
Por fín he visto el cortometraje "Juventud ¿Divino tesoro?" ideado y rodado por la propia Cristina, en el que se deja en evidencia la ignorancia de la juventud actual a la hora de usar ciertos iconos...

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...y he vuelto a ver "Volver" para constatar una vez más que Pe está hipermegasobrevalorada como actriz.
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También he ido a ver "Apocalipto": dos horas y media de metraje que se pasan volando, aunque creo que sobra tanta persecución y falta más información sobre la cultura maya en sí....
¡Y cómo me impresionó la escena final, ay!... a vosotros no?.

viernes, 2 de febrero de 2007

Las canaperas

En los últimos diez días he ido a cuatro eventos culturales, en los que he podido disfrutar tanto del arte como de los ricos canapés servidos. Mi amigo JuanCar y yo, nos hemos percatado de que allí donde hay eventos, hay una caterva de señoras de mediana-avanzada edad, que se dedican a asaltar a los camareros cada vez que éstos salen con las bandejas repletas.
Si los eventos en cuestión fuesen la reapertura de un Mercadona o la inauguración de un Cortefiel, sería lógico. Pero... en una galería minoritaria de una zona marginal de la capital en la que se celebra un homenaje a un pintor kosovar nacionalizado en Islandia, cuya obra se ha desarrollado en los 70 en la Isla de Pascua? ¿Cómo es posible que unas señoras rozando la setentena se hayan enterado de semejante evento?

Un cuadro del anteriormente mencionado.


Las canaperas son un grupo social sobre el que no existen estudios oficiales. Éstas vienen siendo señoras de edad comprendida entre los 50 y 80 años, con un nivel cultural y económico medio-bajo.
Las canaperas, al contrario que muchas de sus congéneres de edad similar, no desarrollan su labor social en plazas de mercado ni peluquerías, puesto que su campo de actuación son las galerías de arte. Sus frecuentes incursiones en estos medios les han proporcionado un exquisito gusto gastronómico por los canapés de haute-cuisine (hombre, y de tanto que va el cántaro a la fuente, algún conocimiento de arte también se les ha pegado).



Como vemos en el gráfico superior, podemos empezar a hablar del fenómeno canaperas al alcanzarse consumos mayores a 25 canapieses; alcanzandose el pico máximo de consumo en el intervalo de edad 65-75 años, con la nada desdeñable cantidad de 35 unidades.
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Estas conclusiones están sujetas a eventuales cambios de comportamiento grupal, por lo que continuaré con mis investigaciones de campo interrelacionándome y observando a este grupo social en su hábitat natural: las galerías de arte...