lunes, 24 de septiembre de 2007

Gunilleando por Costa Rica

De nuevo ataco con mi jartibilidad fotográfica de allende los mares.

Esta vez ha tocado aquí:


País de 5 millones de habitantes que en su totalidad son de raza caucásica, peró conservando ese maravilloso acento de por ahí.




Curioso: los costarricenses pronuncian la "erre" a lo yanquee, o sea, que te sueltan:




Por las carueteras costaruicenses no hay peruos.- para advertirte que no hallarás canes deambulando por las autovías nacionales. Y se te quedan más anchos que largos, oiga.





Aquí yo en el volcán Poás, el volcán activo más grande de América, aspirando con inusitada ingenuidad los gases tóxicos sulfurosos que emanan de su interior... claro, después me sobrevino una jaqueca que pa´qué.
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Gunilleando bajo una Gunnera Insigne, más conocida en vulgares como Sombrilla de Pobre. Una planta de origen jurásico, como tantas cosas de allí. Y es que no sin razón el filme Parque Jurásico fue rodado en los parajes de este país.




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Laguna jurásica flanqueada por Guni y las Gunneras...





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Estos posados vienen a cuento para que comprobéis el tamaño de los arbustos prehistóricos. En este caso se trata de un helecho gigante, Acrostichum Danaeifolium que sólo se da por aquellas latitudes.





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Bosque Húmedo. Su nombre no puede ser más gráfico. Se le rizan a uno hasta las pestañas en semejante humedal.









Aparte de esta frondosidad selvática y exuberantona, Costa Ruica es conocido como la Suiza de Centroamérica, y es que resulta chocante ver prados donde las vacas lecheras pastan apaciblemente junto a cabras y ovejas. Una imagen muy europea que contrasta con la selva de telón de fondo.





Y unos carros que ríete tú de los de Europa Central:









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Mariposario de Costa Rica, uno de los mayores de América. En la foto, mariposa Ojo de Búho. Fijaos bien: la mancha grande simula el ojo de un búho, peró en el extremo superior... se adivina el perfil de una serpiente, con su ojo, sus escamas y sus orificios nasales y todo.





La Naturaleza no es sabia, es una cachonda, oiga!









Mariposas varias.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Percebeiras: Asesinas!!

Oiga, usted!


¡¡Es usted una ASESINA!!

Por arrancar de su hábitat natural a un bellísimo ser, el percebe, sin darle derecho a réplica.
El percebe, un indefenso y simpático crustáceo que se ve desprovisto de su familia y hogar, en las fértiles costas gallegas, para acabar en las pescaderías y marisquerías de medio mundo para deleite de esos hijos de p*ta y z*rras de turno que degustan sádicamente a los pobres percebes como un manjar exquisito.
Hay que hacer algo ya!!
Ni lo entendemos ni lo toleramos!!
Si no respetamos al percebe, no nos respetamos a nosotros mismos.
Inscríbete en la Plataforma Pro-percebe y acabemos con esta vergüenza.

viernes, 14 de septiembre de 2007

...y Guayaquil

Estoy de lo más jartible con esto de los viajecitos, de modo que esta entrada será con la que daré carpetazo final a esos capítulos compuestos por cientos de fotos con texto alusivo.


El otro día estuve por Guayaquil, Ecuador, una ciudad con cierto encanto, bañada por una inmensa ría (que ríete tú del Manzanares) y que en su día fue una prosperísima ciudad gracias a la exportación del cacao en todo el mundo.


Casas genuínas de la época floreciente, a principios de siglo XX, en Museo Histórico Guayaquil.



Y es que como dice la canción:


"...Guayaquil es un oasis de riqueeeeza

donde el sol, cuando se pone canta una cancióóón"...



Pero eso fue, como ya digo, cosa de otros tiempos porque ahora la ciudad, a pesar de sus vestigios de grandeza, no reluce tanto como antaño,verdad señor Tucán?.


Simpático tucán posando en el Museo Histórico de Guayaquil.

El Museo Histórico de Guayaquil es un enorme parque imprescindible para conocer en su propio hábitat, la exótica fauna y flora de Ecuador (monos, cocodrilos, jabalíes, loros, mapaches, perezosos, manglares, flores del paraíso...) además de poseer información adicional de la creación y desarrollo de la ciudad, con construcciones rurales típicas y antiguos aperos de labranza.



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En la ciudad llaman la atención los edificios de estilo neoclásico y colonial:

Peazo ayuntamiento.....


...y otro edificio sin determinar

Por cierto, en la Plaza de la Catedral hay un parque, en el que las iguanas campan a sus anchas cual animalillos domésticos. La gente las acaricia, las coge y por supuesto, se hacen fotos con ellas. Yo como no podía ser menos, posé con uno de estos reptiles prehistóricos, glups!

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Allí la marca de helados también tiene un nombre muy vinculado con el frío....



Lo más bonito de Guayaquil es el cerro de Las Peñas, una delicia de colina, vertebrada por una angosta escalinata en la que cada peldaño tiene su número y en la que a ambos lados se hallan casitas multicolorines.


...ora verde...


...ora naranja...
...ora rosa
...con sus templitos floreados en los que orar y hacer un alto en la escalera.

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Otro día nos fuimos a ver las ballenas, que por lo visto, se acercan mucho a la costa en esta época del año para criar.

El viaje en cuestión nos llevó más de tres horas hasta la otra punta de Ecuador, por unas carreteras infernales, donde los conductores iban por el medio de ambos carriles y los pocos viandantes del camino cruzaban despreocupadamente y sin mirar, de un lado a otro de la carretera.


Los pueblos ecuatorianos, lejos de tener encanto, lucen un deplorable aspecto, como si de barracones improvisados en un descampado se tratase. Apenas están asfaltados y la falta de limpieza es palpable doquiera que se mire.


Aunque en algunas ocasiones haga falta recurrir a la intervención divina para conservar la limpieza vial!

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Y tras tantas penurias, mareos y riesgos mortales por carreteras recónditas, al fin, ellas.