miércoles, 29 de abril de 2009

Super a favor!

La mejor foto en años.
Sin palabras.
Sencillamente genial.

martes, 14 de abril de 2009

Siempre DIA%

Yendo de compras por Mi Calle de Alcalá con Mi Churri Cabezón Que Es Bien Rebonito ( a partir de ahora M.C.C.Q.E.B.R., siguiendo la estela borrega de algunos blogueros) entramos en el inefable DIA%, supermercado barriobajero y de paupérrimo aspecto soviético que ha marcado mi vida en Madrid y del que soy gran devoto.
Glencito de Londonberry ya experimentó in situ las excesivas confianzas en el trato a los clientes que se tomaba la oronda cajera de hace cuatro veranos, que sin ningún pudor te preguntaba a grito pelao por dónde habías estado porque ya te echaba de menos, o expresaba sin rubor sus temores acerca de un vecino anciano que hacía tiempo que no frecuentaba la tienda con un:
-“no sé yo ese pobre hombre…pa mí que ya ha cerrao el ojo” (sic)
Apremiaba a los clientes guachupines rezagados con un:
-“venga, la del gorro, rápido, rápido, por esta caja, vamos!!”
Y un sinfín de familiaridades chabacanas que hacían las delicias de los allí congregados.
…..
Pero lo de la nueva encargada de perpetuo ceño fruncido deja en figurillas estos modales.
Retomando el inicio del relato, MCCQEBR (alias Marsónico) y yo nada más poner un pie oímos unos gritos:
-¡¡Hija de puta!!! ¡¡Me cago en tu estampa, hija de puta!!
Era la encargada, que en esos delicados términos zarandeaba a una clienta a la que había pillado robando por enésima vez.
-¡¡Todos los días lo mismo, serás hija de puta!! ¡Devuelve todo lo que has pillado, sinvergüenza!
Y allí la incauta, algo ruborizada, mirada indiferente, se abría la chaqueta para dejar caer el aceite, las latas, el choped y los quesitos que se había escondido.

Tras el bochornoso incidente, las marujas del lugar comenzaron a indagar sobre el caso preguntándole a la propia encargada algunos detalles de forma discreta:
-¿Y esa mujer es de por allí, no? ¿O de aquí? –con la sospecha de que semejante acto vandálico era más propio de una inmigrante.
-No, no, ésa es de aquí. Que por aquí hay también de ésas… -contestó la encargada en los mismos términos enigmáticos dejando claro que en el solar patrio también hay ladrones.
En fin, un hurto famélico que, aunque en este caso fue frustrado, irá desgraciadamente en aumento en estos tiempos de crisis, hambre e incompetencia zopenca.
Y siempre estará allí, como telón de fondo, escenario sin par y testigo imperturbable el supermercado más cochambroso de ayer, hoy y siempre; el DIA%.