Y ya van cuatro....

Esta semana ha sido muy movida: exposiciones en homenaje a la Movida Madrileña, cuadros, montajes, jamón.

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Premios Caja Madrid para Jóvenes talentos, fotos, vídeos, maravillosos canapés.

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Botellón en casa, ron, Cheetos, otro difunto.

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Cumpleaños de Anita, cena en un japonés y cleptomanía.

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Visita a Miss Ketchup, cotilleos y ludopatía.

Me he fundido una pasta y tengo una seductora voz de resaca como si me hubiese inyectado un chute de testosterona.
Alomejor habéis leído muy rápido la relación arriba indicada y no habéis reparado en el difunto. Pues sí, son las habituales consecuencias de habernos juntado en mi casa Piedad, Blanca y yo. Aunque esta vez hemos tenido como cómplices a Juan y a Gaudia.
Juan de la Rosa estaba malito, pero nuestra fiesta le ha rematado.

Como bien dice Blanca cada vez que nos juntamos: -¡Que tiemble la Moraleja!

....Y ya van cuatro.

La Magdalena de las 8:15

España está regida por el huso horario de la GMT+ 01:00, es decir, la que dicta el Greenwich Meridian Time más una hora, al igual que Bruselas o Paris. En muchos otros lugares de Europa se rigen por la GMT sin añadir horas, como Dublin, Londres, Lisboa o las Islas Canarias. Según nos vayamos moviendo hacia el Este, se irán añadiendo horas a esta GMT para conformar los distintos horarios del planeta Tierra.
Pero en mi casa, el huso horario lo marca otra GMT: Grey´s Magdalena Time: la magdalena de mi compañero de piso.

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Da igual que se hayan parado todos los relojes de la casa, que el reloj biológico de uno se haya averiado tras una resaca, que los relojes digitales se queden a 00:00 tras un apagón nocturno.
Una magdalena SIEMPRE estará en la encimera, a medio roer mientras friega los cacharros del desayuno a las 8:15!!
A partir de la precisión de mi compañero de piso, y sobretodo gracias a sus engollipantes magdalenas de las 8:15 se establece el horario de los habitantes de la casa.

Una clínica muy particular

Paseando ufano por esta alegre y siempre bulliciosa villa, absorto en mis simplezas, me encontré con un repartidor de folletos de origen ecuatoriano. Hasta aquí, no hay nada nuevo.
Pero hete aquí el contenido del susodicho panfleto:

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¿¡Pero qué invento es esto?! Las clínicas Dorsia anuncian de esta guisa sus servicios, todos ellos referidos a intervenciones quirúrgicas de cierta envergadura: mamoplastia, rinoplastia, liposucción...
Con estética más propia de una oferta para la Cuesta de Enero de Multiópticas Alcalá, la Clínica en cuestión nos informa de sus servicios y sus precios con una publicidad chocante.
Para ello se han servido de una modelo que emula el consabido arquetipo de secretaria cachonda de estética reprimido-intelectualoide, a la que se suma una suerte de sátiro de aspecto nórdico que no pudiendo resisitirse a los encantos de la moza, se abalanza con frenesí sobre su escote.
Destaca la perfecta manicura de ella, y la cuidada combinación de rojos que conforman sus monturas, su carmín y su camisa.

Y digo yo, ¿alguien se atreverá a someterse a una intervención en esta Clínica?
¿Alguno de vosotros tiene constancia de la existencia de este centro de Cirugía?
¿Conocéis a alguien que haya pasaso por el bisturí de Dorsia?
¿Quien se encarga del marketing y publicidad?
¿De qué año es la foto en cuestión?

Por favor, vuestros comentarios y testimonios serán muy bien recibidos.

Diseccionando un Roscón

Tras unas accidentadas vacaciones, caracterizadas por continuos problemas técnicos, retomo mi ritmo blogosférico habitual.
Esta semana he estado con Paulina, y de nuevo mi Abuelita ha sido fuente de inspiración para este capítulo.
Paulina, sostiene que a partir de los 80 años una mujer o se amojama o se ajamona. Vamos, que o bien se queda caquéxica cuan uva pasa reseca

. o se vuelve lustrosa, curvilínea y rebosante como una Gracia de Rubens.

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Mi abuela es de las segundas; por eso trata de no sobrepasarse con las comidas y con el picoteo a pesar de su buen saque.
Todo empezó con el Roscón de Reyes relleno de nata que nos tomamos de postre.
Paulina me pidió que le cortase un trozo muy pequeño del Roscón.
Cuando vió la miseria que le puse en el plato pidió otro trozo, y otro, y otro...... utilizando su peculiar escala de diminutivos que a continuación expongo.

Un cacho= Un trozo
Un cachinino= Un trozo pequeño
Una mijina= Un trozo aún más pequeño

Y aquí ya empiezan las invenciones made in Paulina.

Una mijinina= Un trozo diminuto
Una mijirrinina= No sé, tal vez una partícula indivisible. Un átomo del Roscón.
Una mijirrinina mu chica= Un protón, electrón o neutrón del susodicho Roscón.

De lo que se deriva que un electrón es una mijirrinina mu chica negativa, un protón una mijirrinina mu chica positiva y un neutrón, una mijirrinina mu chica que ni fú ni fá.
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Vamos, que al final entre mijinas, mijininas y mijirrininas nos zampamos el Roscón entero.

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