Este año hemos optado por cambiar la tartalera de todos los años por esta otra tarta gallega de almendras. A mi Abuelita le ha encantado. Muy rica; tanto, que entre los dos empezamos a comerla antes de colocar las velas. Nada más hay que verla... media tarta zampada.
El regalo de este año es de Carolina. Intenso perfume, como los que le gustan a Paulina.
Un año más, ¡muchas felicidades! Y es que ya queda poco para los 100, "-para ser antigua no, ¡¡antiquísima!! (Paulina dixit)". Y yo que lo vea.
2 comentarios:
No es lo mismo ser vieja que ser antigua.
Lou
Y que yo también lo vea, ay, pobrecina! Ojalá me queden muchos más viajes a esa ciudad tan bonita y de nininos, paw!
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