Pocas veces se saca algo en claro de una noche. En mi caso desde luego, nunca. Pero en algunas ocasiones la suerte planea por donde menos te lo esperas y en pleno momento de camisa de mantel de picnic, te encuentras con guiris de camisetas sin mangas y retostados por el sol madrileño.
España acaba conquistando a todo aquél que pasa por aquí, y en especial a los guiris anglo-germanos. Pero gracias a Dios hay quien no se queda en el mero tópico de sol, sangría y juerga flamenca y se dedica a ahondar en todo lo que rodea la cultura de un país con todo lo que ello conlleva: geografía e historia, arte y actualidad (política, social y rosa of course). Desgraciadamente poca gente (incluso entre los oriundos españoles) llega a manifestar por todo ello tanto interés.
Y claro, de ahí surgen curiosos cruces entre la excentricidad inglesa y el españoleo cañí, como tener a buen recaudo debajo de la cama un pata negra o confesar sin el menor rubor, mientras se degusta una tapa de morcilla patatera, que los baños y las cocinas deberían estar enmoquetados. (¡!).
…
Del hallazgo de una especie de trapo con palo, llamado fregona y del descubrimiento de una tal Maria Teresa Campos, hablaremos en otra ocasión…
.
X
.
.
Pocos consiguen una inmersión cultural tan graciosa y pintoresca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario