lunes, 17 de abril de 2006

La reconciliación de la vecina

Mi vecina chirigüeña y su novio, con el que mantuvo una agria discusión el otro día, parecen haberse reconciliado.
Esta vez no me ha hecho falta escudriñar con nocturnidad y alevosía a través del patio interior; he llegado a esta conclusión por los suaves gemidos que ella emite varias veces a lo largo de toda la noche (él también se lo pasa bien, pero es más discreto).

Mi compi de piso sugirió que alomejor con quien retoza felizmente entre las sábanas la susodicha es con aquel hombre de 50 años con el que se fue una noche. Pero no; he podido comprobar a través de la mirilla que se trata del mismo chico con quien tuvo la bronca hace unas semanas.

Me alegro por ellos, porque además esto va a traer cola…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Por favorrrr...
Eso de oir ruuiditos por la noche es lo peoooorrrr.
Sobretodo cuando uno está a palo seco..
es muy triste

Anónimo dijo...

Insonorizacion de paredes y muros de alcobas, ya!

Marujita Robinson dijo...

Ay, hijo qué envidia, eso de comer delante de los hambrientos no está bien. Tú sigue apuntando todo y nos lo cuentas, ¿eh? ¡Con todo lujo de detalles!

Mara Jade dijo...

Jajajajajajaja madre mía esto es mejor que el Hola!