miércoles, 31 de diciembre de 2008

jueves, 18 de diciembre de 2008

Experimentos culinarios

Según he leído recientemente, los antiguos romanos elaboraban un manjar de curiosa procedencia: el garum.
Éste consistía en una salsa a base de tripas y despojos de pescado que una vez macerados al sol y a causa de las especias y la putrefacción, destilaban un aceite con notas de mar sucio y detritus. El garum se importaba desde Hispania a las más exigentes mesas a lo largo y ancho del Imperio como un producto exquisito y tan valioso como el vino o el aceite de oliva.
Tal vez sea ésta la razón por la que la esperpéntica Srta. Engendro dejó a conciencia en la encimera de la cocina un plato de pescaditos descongelados durante cinco días. El olor a pescado podrido y un sospechoso líquido pardusco que supuraba de los pececillos no eran más que intentos de repetir esta receta milenaria de nuestros ancestros.
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No, si al final la Srta. Engendro no va a ser esa escoria inmunda que todos nos obstinamos en creer que es, no. La Srta. Engendro no es más que una investigadora culinaria, una Ferrán Adriá sin tabúes que se atreve a todo y con todo. Como cuando cocinó ese chuletón a medio descomponer con hedor a queso al que aplicó un chorrito de limón para mitigar la pestilencia…
Lo dicho, una innovadora culinaria.
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lunes, 1 de diciembre de 2008

En la Clínica Hermosilla

En la Clínica Hermosilla no eres un paciente, eres un cliente. Por eso te ofrecen cirugías, tratamientos de belleza y métodos rejuvenecedores en oferta especial como si se tratase talmente de fruta a granel en la plaza del mercado.
Tras un enigmático mensaje de: "tenemos una información que puede interesarle muchíííísimo" comienza el ataque directo:

-Sonríeme…a ver…me lo temía. ¿Te interesaría un blanqueamiento dental láser?
- Uy, veo que al hablar gesticulas y arrugas la frente. Me imagino que habrás oído hablar del botox…
- ¿Tienes mucho vello? Porque tenemos en oferta especial la depilación láser que…

Y claro, que mejor carta de presentación que una bella flor que se ha hecho todo lo imaginable para lucir radiante a sus taitantos…
- A ver: ¿qué edad me echas? –inquirió la susodicha toda pletórica al más puro estilo Isabella Rosellini en “La Muerte Os Sienta Tan Bien”.– Sin miedo dime…
- Pues no sé.- titubeando por miedo a meter la pata- treinta y bastant..treinta y algo, no sé, ¿treinta y cinco?
- Ja, ja, ja- rió falsamente luciendo un flamante brillo en la mirada- cómo te quiero: tengo Cincuenta años.
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¡OH, QUERIIIIIIIIIDO...!

Me quedé muerto: botox, ácido glicólico, inyecciones de colágeno y ácido hialurónico… nada era suficiente para ese rostro que desafiaba el paso de los años con acertado disimulo aunque algo carente de movilidad, como quedó confirmado al querer demostrar que a pesar de enarcar las cejas no se el arrugaba la frente:
- Mira, levanto las cejas y la frente sin arrugas.
- Pero..¿Estás levantando las cejas?- pregunté incrédulo
- Sí claro, mira.
Ni que decir tiene que allí, no se levantaba nada. No sé si lo haría adrede para no arrugar la frente o es que simplemente había perdido la movilidad con tanto mejunje inyectable.

Deslizando excusas y un “ya-me-lo-pensaré” di por concluido el encuentro, pensando para mis adentros en cómo ha avanzado la medicina estética –la que realmente mueve dinero- desde aquellos estiramientos agresivos y deformantes a los que no hace mucho se sometían los famosos, a estas triquiñuelas de hoy en día tan imperceptibles como eficaces.