Como ya he indicado en más de una ocasión en este mi blog, mi dieta alimentaria es un tanto irregularcina, no respetando horarios y sin apenas cocinar puesto que consumo la mayoría de las veces conservas y de marca blanca para más inri. Al leer esto, seguro que te ha venido a la mente una desagradable imagen de grasientos platos precocinados con alto valor calórico, fritos en sabe dios qué tipo de aceite y bastante insaludables.

Pues no reina, hay que descartar esa imagen preconcebida de lo precocinado, puesto que no puede ser más prejuiciosa.
Mi dieta la componen verduras a la parrilla, espinacas, pisto, arroces y paellas, merluza ultracongelada, brécol... todo, como ya he dicho, congelado, y en muchos casos cocido y listo para calentar y condimentar en la sartén.
Vamos, que en mi cocina no se verá nunca una croqueta, patata frita, empanadilla, sanjacobo o similar.
Ale, os dejo que voy a abrir algún frasco de algo, que es la hora.