jueves, 10 de marzo de 2011

La mala fama de los congelados.

Como ya he indicado en más de una ocasión en este mi blog, mi dieta alimentaria es un tanto irregularcina, no respetando horarios y sin apenas cocinar puesto que consumo la mayoría de las veces conservas y de marca blanca para más inri. Al leer esto, seguro que te ha venido a la mente una desagradable imagen de grasientos platos precocinados con alto valor calórico, fritos en sabe dios qué tipo de aceite y bastante insaludables.

Pues no reina, hay que descartar esa imagen preconcebida de lo precocinado, puesto que no puede ser más prejuiciosa.
Mi dieta la componen verduras a la parrilla, espinacas, pisto, arroces y paellas, merluza ultracongelada, brécol... todo, como ya he dicho, congelado, y en muchos casos cocido y listo para calentar y condimentar en la sartén.
Tema aparte son mis tarros y latas de judías verdes, garbanzos cocidos, patatitas cocidas, champiñones, atún sin aceite, lentejas cocidas...todo cocido y listo para aliñar, saltándome varios pasos (y varias horas) de cocina.
Vamos, que en mi cocina no se verá nunca una croqueta, patata frita, empanadilla, sanjacobo o similar.
Ale, os dejo que voy a abrir algún frasco de algo, que es la hora.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una vida sin corquetas es como un jardín sin flores, ni frescas ni congeladas, tristísima.
Tú mismo.

Lou
Te recomiendo el bogavante condelado de "La Sirena",si lo salteas con un poco de aceite y ajo y lo añades a unos tallarines al dente está que te caes de espaldas.

Dan Davenport dijo...

Pero bien que me gusta a mí cuando hacemos las miguinas y las sopinas de tomate y de ajowp y las recetas internacionales de los que ya sabes!