¿¡¿¡¿¡Oposiciones?!?!?

Siempre me negué a estudiar oposiciones para ser un funcionario-administrativo.

¿Qué es ser funcionario-administrativo? ¡¿Alguien puede tener vocación a estar archivando papeles y sellando tras un mostrador?!

-No, lo que pasa es que es un trabajo seguro para toda la vida. (gens dixit)

Ah! Acabáramos, o sea, no sólo es un trabajo anodino, con una productividad bajísima, para el que no hace falta vocación alguna y para el que te piden una preparación teórica desproporcionada, si no que además ese regalito es para toda la vida.

Vamos, ventajas por doquier, oiga.

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Marsónico también se ha enrulado en la aventura aunque tardará poco en abandonar. Yo soy más de enfangarme en proyectos inútiles hasta el último momento.

Pues a pesar de mis reticencias, mi desgana y mi pereza habitual, tendré que hacer de tripas corazón: estoy comenzando a ir a unas clases de las que no me entero de nada y a estudiar un densísimo temario que me provoca profundas sedaciones cada vez que comienzo a leer.

Mal comienzo, intuyo mal final.