El borregueo es un fenómeno social en la que la masa,
aturdida y torpe, se hace fanática de un personaje, de una tendencia o de
cualquier otra cosa de modo repentino, histérico, dogmático sin que exista
aparentemente vínculos o referentes previos entre el fanático y el objeto
deseado. Por supuesto, el borregueo suele ser muy efímero y tan pronto como
aparece, se desvanece.
Hace una década hubo un borregueo desorbitado con la artista
Tamara, Tamara la buena, por supuesto, la Seisdedos.
Tamara en una reciente aparición en la revista Interviú.
De repente, gente con referentes musicales y procedencia
de lo más variopinta (esto es: chonis bisbaleras, palurdos del techno…) se agolpaban para
ver en directo a esta peculiar cantante por el mero hecho de haber salido en
Crónicas Marcianas (cuyo público del plató se podría haber llevado el
reconocimiento Cum Laude en Borreguismo).
Las colaboraciones de Berlanga, Canut o Miguélez en su más que notable disco “Superestar” pasaron desapercibidas para toda esa caterva.
Las colaboraciones de Berlanga, Canut o Miguélez en su más que notable disco “Superestar” pasaron desapercibidas para toda esa caterva.
Por supuesto, después del
“No Cambié”, ninguno de estos seguidores efímeros volvió a interesarse por
ella.
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Algo similar está ocurriendo con Mario
Vaquerizo, personaje bendecido con la popularidad
gracias a su esposa Alaska.
La cargante marida de Alaska.
De repente el rebaño se siente
atraído por un personaje plumífero que hace del pedorreo extremo su tarjeta de
presentación. Las Nancys Rubias llenan los conciertos, el libro “Haciendo
Majaradas” es superventas y el docu-realidad de “Alaska y Mario” es líder en
MTV. Por supuesto la mayoría de sus seguidores no saben quiénes son Los
Ramones, no tienen mayor referencias de Alaska que sus últimos 3 discos, la
mayoría incluso serán homófobos y no entenderán ni una sola de las referencias
culturales que se manejan (desde el robart de MacNamara a Warhol, los
cuadros de Igor Pantuhoff, el travestismo, el kitsch, la cultura trash o el
petardeo…) pero como ser fan de todo eso mola, ahora todos somos muy fans.
A lo mejor algo bueno sale de todo esto y las masas comienzan a ver con otros ojos la pluma, el travestismo y el universo queer que rodea a todos estos personajes que conforman el entorno chupóptero de Alaska.
2 comentarios:
No le soporto, alguna gracia oculta debe tener porque Alaska es demasiado inteligente para estar con el borrego que se ve desde fuera, me cae como el culo pero le concedo el beneficio de la duda.
Chico, a ver si te pones como tarea al menos una entrada al mes.
Te echaba de menos.
Lou
Hija! Si eres la única que me lee! Jejejeje. Besos!!!
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