Ayer al salir de la oficina pasé por el “Madrid Comics” una tienda especializada de cómics y manga. Estaba buscando un número de “Bola de Dragón” pero por lo visto está descatalogadísimo y es súper-difícil de encontrar; así que adquirí un ejemplar del “Doctor Slump”, que también son de Akira Toriyama con su humor disparatado y absurdo.
El ejemplar por el que me decidí se titulaba “La Gran Olimpiada” y en él, los surrealistas habitantes de la villa más freaky del mundo, “Villa Pingüino”, improvisaban unas curiosas “olimpiadas” en las que demostraban sus superpoderes en cada una de las pruebas. Por supuesto, en casi todas las pruebas, la niña-robot Arale quedaba como vencedora. Arale, esa niña con aspecto inocente, con cabeza de quita y pon, con fuerza para destrozar un meteorito de un solo puñetazo o capaz de saltar de planeta en planeta...
No pude resistirme a leerlo de principio a fin; así que después de mi clase de chino me lo papé entero en el metro de camino a casa.
El ejemplar por el que me decidí se titulaba “La Gran Olimpiada” y en él, los surrealistas habitantes de la villa más freaky del mundo, “Villa Pingüino”, improvisaban unas curiosas “olimpiadas” en las que demostraban sus superpoderes en cada una de las pruebas. Por supuesto, en casi todas las pruebas, la niña-robot Arale quedaba como vencedora. Arale, esa niña con aspecto inocente, con cabeza de quita y pon, con fuerza para destrozar un meteorito de un solo puñetazo o capaz de saltar de planeta en planeta...
No pude resistirme a leerlo de principio a fin; así que después de mi clase de chino me lo papé entero en el metro de camino a casa.
Además como “Doctor Slump” es de factura superdeforming me va a venir muy bien para una (posible) tira cómica que me han encargado, en la que tengo que exagerar las emociones de los personajes.

El Doctor Slump con dos de sus creaciones: Arale y Gatchán; camino de Villa Pingüino