Hay un nuevo chico en el call-center de mi empresa. Es oriental; no sabíamos de dónde: tal vez chino, tal vez coreano, tal vez japonés... Digo que no sabíamos porque doña MaryFashion de Fuenlabrada, fue la encargada de resolver el misterio. Sin pensárselo dos veces se encaminó hacia el call-center con un post-it donde llevaba apuntado los saludos básicos: el Nî hâo y el Wô hen hâo; y sin más le suelta al chino:
- Eres chino? Pues Nijao!
El chino, que no sabía de dónde salió semejante remolino fuenlabreño, acertó a soltar un tímido:
-...sí soy chino...Nî hâo!
Y ya se soltó toda ella: que si tenemos en la oficina a un compañero que está estudiando chino, que hay qué ver qué de bien hace los garabatos chinos, que si patatín, que si patatán...
Y yo, de los nervios y to colorao.
Bueno; aparte del inglés, del francés y de sus nociones de flamenco (el idioma holandés, no el baile) creo a partir de ahora MAryFashion va a estudiar algo de chino.
Zàijiàn!!
- Eres chino? Pues Nijao!
El chino, que no sabía de dónde salió semejante remolino fuenlabreño, acertó a soltar un tímido:
-...sí soy chino...Nî hâo!
Y ya se soltó toda ella: que si tenemos en la oficina a un compañero que está estudiando chino, que hay qué ver qué de bien hace los garabatos chinos, que si patatín, que si patatán...
Y yo, de los nervios y to colorao.
Bueno; aparte del inglés, del francés y de sus nociones de flamenco (el idioma holandés, no el baile) creo a partir de ahora MAryFashion va a estudiar algo de chino.
Zàijiàn!!
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