Ha sido un verano muy caótico y errático: continuos quebraderos de cabeza que en la mayoría de los casos no conducían sino a una encrucijada de difícil salida.
Como la historia completa es larga y compleja la resumiré.
Todo comenzó con un nuevo problema ocasionado por la
escoria travesti que metimos como compañera de piso hace un año y medio. A su falta de higiene personal y fuerte olor corporal, a su falta de colaboración en la limpieza doméstica, a su manía de coger lo que no era suyo, al altísimo volumen de la música día sí día no, a sus continuos retrasos a la hora de pagar el alquiler, a su costumbre de
ingerir alimentos podridos tras varios días dejándolos descongelar … había que añadirle su pasión por los karaokes balconeros; con lo que un par de noches se dedicó a cantar a grito pelao con su horrenda voz de engendro asexuado provocando un escándalo vecinal generalizado.
La travestuza jediendo y ataviada con zarrios del Li-Nong (tienda de ropa a 1€).
Como resultó imposible por todos los medios echar del piso a semejante hija de puta desequilibrada por las hormonas; con gran acierto (y no sin antes formar un escándalo con el siempre chulesco e inútil cuerpo policial) decidimos cambiarnos de piso a una cucada a sólo cuatro números de la que había sido mi residencia en los últimos seis años de mi vida en Madrid. Y por supuesto, sin salir de Mi Calle de Alcalá.
Allá quedó mi ex-piso con ese ambiguo ser inmundo y maloliente, una travestuza tan sucia como rastrera, fea, irresponsable, torpe e indeseable a la que dejamos con un palmo de narices cuando se enteró de que nos llevábamos con nosotros TODOS los muebles, electrodomésticos, enseres y hasta cables de la casa, dejándola, literalmente, en bragas.
................................
Ahora, dejando todo aquello atrás, los nininos encaran una vida tranquila en Villa Nininos, en un amplio piso de 80 m2 soleado, lleno de macetas donde siempre huele a chocolate, vainilla y naranja y en la que la luz tiñe las paredes de colores al pasar por las cortinas.
.
Detalle del salón-comedor.
Detalle de uno de los dormitorios.
Nananino ninonâo!