La triste soledad de un tanga

Solitario en toda la cuerda. Ahí está: suspendido en el vacío, sin compañeros de viaje, sin otras prendas que le hagan más llevadero este momento.

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Y me pregunto yo: ¿porqué no hay otras prendas con él? ¿Acaso no había más ropa con la que compartió el tambor de la lavadora en el momento del lavado? ¿Porqué el resto de la ropa se secó antes que él y ya no están en el tendal? ¿Acaso se han olvidado de él?
La triste soledad de un tanga de una puta rumana.

Inspiraciones difusas.

En mis noches por la Villa suelo tener a veces revelaciones inspiradoras: como visiones de planes futuros, llenos de vitalidad y optimismo que me marcan el camino a seguir como si se tratasen de una suerte de Pepito Grillo etílico.
Una de esas revelaciones que sentí anoche era que hoy debía de escribir un capítulo en este perezoso blog que otrora fue mi cuaderno de bitácora y hoy por hoy es un recuerdo ameno de una época de mi vida.
Lo que no me dijo la revelación era sobre el tema que debia de tratar...de modo que esperaré a esta noche para ver si siento la inspiración de nuevo. Y que esta vez me sugiera el tema del que puedo escribir.

Vecinos insufribles 1º parte: las putas rumanas y cia.

...o es lo que tiene vivir en un edificio donde casi todos los inquilinos están de alquiler y hay un alto factor de inmigración.

De vuelta a la casa de toda la vida me encuentro nuevos vecinos en el año y medio de ausencia donde estuvimos en la otra casa.

Ahora tenemos a un nutrido grupo de putas y tipos sin profesión indeterminada (todos ellos rumanos) que hacen vida en la cocina enfrente de la nuestra, en el patio interior. Ya se sabe: se juntan ocho inmigrantes en un piso para tres personas y el hacinamiento obliga a que hasta el comedor se use como un dormitorio más. Esto provoca que se use como salón/comedor/punto de encuentro la cocina, donde se ponen a charlar alegremente las rameras sin percatarse del vecindario cuando salen del club a eso de las 02:30.

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A esto le añadimos otro personaje grotesco: el Tontol'haba; uno de los individuos rumanos que comparte con ellas esa casa putas. Por su corpulencia y movimientos lentos este mastuerzo debe ser el segurata del puticlub. Pues bien, el Tonto l´haba éste se trae a su novia por la noches, una rumana multiorgásmica que jadea como una perra cuando está siendo follada contra la pared.

Conclusión: mi dormitorio es una trinchera de guerra por las noches, con putas rumanas cacareando sus peripecias afterwork, un zopenco rumano que fornica como un caballo y su jodida novia rumana jadeanta como un can.

He trasladado mi dormitorio de manera provisional a otra estancia de la casa. O eso o me lío a martillazos cuando el ceporro rumano se ponga a follar de nuevo. Aunque cortarle el polvo a un segurata rumano, es poner en peligro la integridad física de uno mismo...glups!.

Pero aquí no acaba la cosa...